Recientemente, la Corte Suprema ha emitido una sentencia significativa (n. 31665 del 2024) en relación con la responsabilidad penal y administrativa de una entidad por la muerte de dos técnicos italianos en Libia. La decisión ha planteado preguntas importantes sobre la aplicación de las normas de seguridad en el trabajo y la responsabilidad de los administradores. Este artículo analiza los principales aspectos de la sentencia, destacando las implicaciones jurídicas y prácticas.
El caso en cuestión involucraba a D.D. Spa, cuyos administradores habían sido condenados en primera instancia por homicidio culposo. Los jueces habían considerado que la empresa había violado las normas de seguridad, omitiendo preparar un documento adecuado de evaluación de riesgos (DVR) que contemplara también el riesgo de secuestros en Libia. Sin embargo, la Corte de Apelación de Roma posteriormente absolvió a los administradores, destacando que no se habían cometido hechos penalmente relevantes.
La Corte territorial excluyó la responsabilidad penal de los miembros del consejo de administración, considerando que la acción del M.M. fue fruto de una iniciativa no acordada.
La sentencia subrayó la importancia del respeto a los procedimientos de seguridad, especialmente en contextos de alto riesgo como el libio. Se evidenció que los trabajadores eran conscientes de la obligación de utilizar medios navales para los desplazamientos, y que las prescripciones existentes habían sido generalmente respetadas. Sin embargo, el comportamiento espontáneo del M.M., quien decidió trasladar a los técnicos por tierra, cuestionó la responsabilidad de la entidad.
La sentencia de la Corte Suprema destaca cómo la responsabilidad penal de los administradores debe ser evaluada en relación con sus competencias efectivas y las decisiones tomadas en contextos de riesgo. La responsabilidad de la entidad, en cambio, está condicionada por la presencia de un modelo organizativo efectivo y por el respeto a las normas de seguridad. Este caso representa una importante lección para las empresas que operan en contextos de alto riesgo, subrayando la importancia de una correcta gestión de la seguridad y de la responsabilidad empresarial.