La sentencia n. 9447 del 5 de marzo de 2019 de la Corte de Casación representa un importante precedente en materia de responsabilidad médica, en particular en el campo de la obstetricia. El caso en cuestión se refiere a la condena de un médico ginecólogo por homicidio culposo debido a negligencia durante el monitoreo de una parturienta, cuyo feto falleció a causa de insuficiencia placentaria aguda. Esta decisión ofrece reflexiones sobre la responsabilidad profesional y la importancia de las guías sanitarias.
La Corte de Apelación de Turín había confirmado la condena del médico A.E. por homicidio culposo, considerándolo responsable por no haber monitoreado adecuadamente el embarazo de la paciente, que presentaba factores de riesgo significativos. La corte subrayó que la conducta de A. estaba caracterizada por culpa grave, ya que no había respetado las guías de la Agencia Nacional para los Servicios Sanitarios (Age.Na.S.).
La Corte destacó que la correcta interpretación de los trazados cardiotocográficos habría permitido intervenir de manera oportuna y evitar el evento fatal.
Un aspecto central de la sentencia es la referencia a las guías que establecen cómo manejar situaciones de embarazo de riesgo. Se evidenció que A. no realizó el monitoreo continuo, a pesar de los signos de sufrimiento fetal. Esto llevó a la Corte a reiterar la importancia de la formación y la actualización continua para los profesionales de la salud, con el fin de garantizar la seguridad de los pacientes.
La sentencia n. 9447 de 2019 destaca la necesidad de una adecuada preparación y vigilancia por parte de los profesionales de la salud, subrayando cómo la violación de las guías puede conllevar graves consecuencias legales y morales. El caso de A.E. representa un aviso para todos los médicos, para que actúen siempre en pleno respeto de las normas y de las prácticas clínicas consolidadas, para proteger la vida y la salud de las pacientes y de sus bebés.