La sentencia n. 2461 del 2024 de la Corte de Apelación de Nápoles se inserta en el debate jurídico relacionado con la liquidación de daños a raíz de accidentes de tráfico, prestando especial atención a la carga probatoria que recae sobre la víctima. En este caso específico, el apelante, P1, ha visto reconocido su derecho a la indemnización por los daños sufridos tras ser atropellado por una motocicleta no identificada.
El caso se remonta a un accidente ocurrido en 2013, cuando P1, mientras cruzaba la calle, fue atropellado por una motocicleta que se dio a la fuga. En primera instancia, el Tribunal de Nola había rechazado la demanda de indemnización, considerando insuficiente la prueba de la dinámica del accidente y la imposibilidad de identificar el vehículo responsable. Sin embargo, P1 presentó apelación, impugnando la valoración de las pruebas y la asignación de la carga probatoria.
En caso de siniestros causados por un vehículo no identificado, corresponde al perjudicado demostrar las circunstancias del siniestro y que el vehículo permaneció desconocido por circunstancias objetivas, no atribuibles a su negligencia.
La Corte ha recordado el principio según el cual, en siniestros con vehículo no identificado, la carga de probar el hecho generador del daño recae en el perjudicado. En este caso, P1 logró demostrar la dinámica del accidente a través de las declaraciones de testigos presenciales, quienes confirmaron la velocidad de la motocicleta y la imposibilidad de identificar el número de matrícula debido a la rapidez del evento.
La Corte de Apelación acogió la apelación de P1, reconociendo el derecho a la indemnización de 71.459,50 euros por daños no patrimoniales y patrimoniales, además del reembolso de los gastos médicos. La decisión aclaró que la víctima no solo tiene derecho a la indemnización por el daño biológico sufrido, sino también por el daño moral y por los gastos incurridos a causa del accidente. Esta sentencia representa un importante precedente para casos similares, destacando la importancia de la prueba testimonial en el ámbito de la responsabilidad civil.
En definitiva, la sentencia n. 2461/2024 de la Corte de Apelación de Nápoles subraya cómo una adecuada instrucción probatoria puede conducir al reconocimiento de los derechos de las víctimas de accidentes de tráfico. La decisión ofrece importantes puntos de reflexión para los abogados y los perjudicados, destacando la necesidad de una representación legal competente y de una cuidadosa recopilación de pruebas en caso de siniestros viales.