La Corte Suprema, con la orden n. 4277/2024, ha abordado un caso de responsabilidad profesional sanitaria, confirmando la condena de un cirujano por lesiones causadas durante una intervención quirúrgica. Esta sentencia destaca la delicadeza del tema de la responsabilidad en la práctica médica y las consecuencias de las acciones del personal sanitario.
El recurso fue presentado por A.A., un cirujano que había sido condenado por la Corte de Apelación de Roma por haber causado, durante una intervención de cistopastia, una lesión iatrogénica del uréter. La paciente, F.F., sufrió un daño significativo que requirió intervenciones adicionales y llevó a consecuencias graves, como la hipofuncionalidad renal y trastornos psicológicos. La Corte confirmó la decisión de condena, considerando que el cirujano no había respetado las directrices profesionales, a pesar de sus justificaciones.
La Corte subrayó que, en el caso de responsabilidad médica, el juicio de mérito del juez es inapelable en sede de legitimidad si está debidamente motivado.
La Corte declaró inadmisibles los tres motivos, afirmando que la evaluación de la conducta del cirujano había sido adecuadamente respaldada por consultorías técnicas y que no había incongruencias significativas en los hallazgos realizados.
La sentencia n. 4277/2024 de la Corte Suprema representa un importante precedente en materia de responsabilidad profesional sanitaria. Reafirma que los médicos tienen la obligación de seguir las directrices y garantizar la seguridad de los pacientes durante las intervenciones. En caso de incumplimiento, las consecuencias pueden ser graves, no solo para la salud de los pacientes, sino también para la carrera profesional de los operadores sanitarios.
En un contexto normativo y jurisprudencial en continua evolución, es fundamental que los profesionales de la salud estén siempre actualizados y conscientes de sus responsabilidades, para garantizar no solo la protección de los pacientes, sino también su propia integridad legal.