La reciente ordenanza de la Corte de Casación, n. 22291 del 2024, trata temas cruciales relacionados con la separación de los cónyuges y la carga de la misma. En particular, la sentencia aclara la carga de la prueba en caso de infidelidad, un tema de gran relevancia para quienes enfrentan una crisis conyugal. La decisión de la Corte de Apelación de Trieste, confirmada por la Casación, ha suscitado debate y reflexiones sobre el significado y las consecuencias de la carga en la separación.
En la ordenanza, se analiza el recurso de A.A., contra la sentencia de la Corte de Apelación de Trieste, que había confirmado la carga de la separación al esposo, A.A., debido a un comportamiento infiel, probado por una fotografía. La Corte de Apelación había, además, reducido la pensión de manutención para la esposa, B.B., de 700 a 500 euros mensuales. El recurrente, insatisfecho con la decisión, planteó dos motivos de recurso, ambos considerados inadmisibles por la Casación.
En el caso en cuestión, la Corte territorial ha expresado motivadamente las razones de la pronuncia de carga destacando los elementos probatorios.
Un aspecto crucial planteado por la sentencia se refiere a la carga de la prueba en materia de separación. Según la Corte, corresponde al cónyuge que solicita la carga demostrar la contrariedad del comportamiento al deber de fidelidad y su eficacia para hacer intolerable la convivencia. En este sentido, la Casación ha mencionado precedentes jurisprudenciales, como la sentencia n. 16691/2020, que establece claramente la responsabilidad del solicitante en proporcionar pruebas adecuadas.
En conclusión, la ordenanza n. 22291 del 2024 de la Corte de Casación arroja luz sobre aspectos fundamentales de la separación de los cónyuges, en particular sobre la carga de la prueba en relación con la carga. Esta sentencia sirve de guía para los abogados y las partes involucradas en procedimientos de separación, subrayando la importancia de presentar pruebas concretas y convincentes. La decisión reafirma que la responsabilidad de demostrar la infidelidad y su influencia en la convivencia corresponde al cónyuge que solicita la carga, confirmando la importancia de una correcta gestión de la prueba en el derecho de familia.