La sentencia n. 27626 del 24 de octubre de 2024 de la Corte de Casación se centra en temas de gran relevancia en el derecho sucesorio, en particular sobre la aceptación de la herencia con beneficio de inventario. Este instituto jurídico es fundamental para proteger a los herederos de responsabilidades patrimoniales excesivas y, como ha destacado la Corte, presenta dinámicas complejas que merecen un análisis profundo.
El recurrente, A.A., impugnó una sentencia de la Corte de Apelaciones de Génova que había declarado extinguido una deuda en su contra, sin acoger sus solicitudes de reembolso por gastos anticipados en interés de la herencia. En particular, el recurrente cuestionó la decisión argumentando la aplicabilidad de normas que protegen el derecho al reembolso en caso de aceptación con beneficio de inventario.
La Corte de Casación acogió el recurso, destacando la necesidad de una correcta interpretación de la normativa que regula la aceptación de la herencia con beneficio de inventario y la responsabilidad patrimonial de los herederos.
Los puntos principales tratados por la Corte se refieren a:
La Corte aclaró que la responsabilidad del heredero aceptante con beneficio de inventario no se extiende a los bienes personales, y que el heredero tiene derecho a reclamar sobre el patrimonio hereditario por las sumas anticipadas. Esto representa una protección significativa para los herederos que se ven obligados a enfrentar deudas del de cuius.
La sentencia en cuestión no solo reafirma los derechos de los herederos beneficiarios, sino que también aclara las modalidades con las que pueden hacer valer sus pretensiones frente a la herencia. La Corte de Casación subrayó la importancia de una correcta aplicación de las normas que regulan la aceptación de la herencia, confirmando que el heredero, en caso de aceptación con beneficio de inventario, tiene derecho a ser reembolsado por los gastos incurridos, incluso en ausencia de un patrimonio hereditario suficiente. Este pronunciamiento se inserta en un contexto jurídico que tiende a garantizar una mayor equidad en las relaciones entre herederos y acreedores.