La sentencia del Tribunal de Casación, Sección V Penal, n. 37159 del 9 de octubre de 2024, representa un importante avance en el contexto de los delitos de bancarrota fraudulenta. En esta decisión, el Tribunal confirmó la condena de dos administradores de una sociedad en quiebra, subrayando la importancia de la responsabilidad en la gestión empresarial y el deber de proteger los intereses de los acreedores.
El caso en cuestión se refirió a A.A. y B.B., quienes ocupaban respectivamente los cargos de administrador único y administrador de hecho de LUBIAN Srl, sociedad declarada en quiebra. La Corte de Apelación de Milán había confirmado la condena en primera instancia por bancarrota fraudulenta, destacando su responsabilidad en la distracción de bienes pertenecientes a la sociedad en quiebra. En particular, se constató que A.A. había suscrito un acto notarial para la transferencia de bienes, sin el pago del precio, mientras que B.B. era descrito como el "todopoderoso" de otro sujeto, C.C., considerado el "dominus" de la sociedad.
La sentencia reitera que la responsabilidad por bancarrota fraudulenta está ligada no solo al acto de distracción de bienes, sino también a la participación consciente en la operación fraudulenta.
El Tribunal desestimó los recursos presentados por los dos imputados, considerando que las motivaciones aducidas no eran suficientes para demostrar un error en la valoración de los hechos por parte de los jueces de instancia. En particular, el primer motivo de recurso de A.A. fue considerado infundado, ya que el Tribunal aclaró que la valoración de la responsabilidad es competencia del juez de instancia y no de la Casación. El segundo motivo, concerniente a las circunstancias atenuantes, fue declarado inadmisible, ya que A.A. no aportó elementos nuevos para respaldar su tesis.
Análogamente, el Tribunal desestimó el recurso de B.B., subrayando cómo el elemento subjetivo del delito de bancarrota fraudulenta documental había sido adecuadamente demostrado a través de las pruebas recabadas. El Tribunal recordó precedentes jurisprudenciales para destacar cómo el ocultamiento de las escrituras contables constituye un comportamiento autónomo respecto a la simple tenencia de las mismas, requiriendo un dolo específico dirigido a perjudicar a los acreedores.
Esta sentencia pone de relieve algunos aspectos fundamentales de la responsabilidad de los administradores en las sociedades. Los administradores deben ser conscientes de sus acciones y de las consecuencias que pueden derivarse de comportamientos ilícitos. La Casación ha reiterado que el principio de responsabilidad exige que los administradores actúen en el mejor interés de la sociedad y de sus acreedores, evitando comportamientos que puedan lesionar tales intereses.
En conclusión, la sentencia n. 37159 de 2024 representa un importante llamado a la orden para los administradores de sociedades, destacando las consecuencias legales de sus acciones y la centralidad de la responsabilidad en la gestión empresarial. El Tribunal de Casación ha demostrado ser riguroso en la protección de los intereses de los acreedores y en el castigo de comportamientos fraudulentos, contribuyendo así a garantizar la estabilidad del sistema económico.