La sentencia n. 46236 del 5 de junio de 2024, depositada el 17 de diciembre de 2024, por la Corte de Casación, representa un importante punto de referencia en la jurisprudencia italiana respecto a la configurabilidad de la agravante de conformidad con el art. 61, párrafo primero, n. 11-quinquies, del código penal. Esta disposición se refiere a la presencia de un menor durante la comisión de delitos graves, como la violencia sexual, y ofrece aclaraciones fundamentales sobre la noción de "presencia" y las consecuencias legales que de ella se derivan.
La Corte ha establecido que la "presencia" del menor no requiere necesariamente una participación activa o consciente, sino que se limita a la percepción auditiva o visual del hecho. Esto significa que incluso un niño muy pequeño, incapaz de comprender plenamente lo que está sucediendo, puede ser considerado presente a efectos de la agravante. La sentencia hace referencia a un caso específico de violencia sexual cometida en presencia de un menor de poco más de un año, aclarando que la edad y el grado de maduración psico-física del menor no son relevantes.
Agravante de conformidad con el art. 61, párrafo primero, n. 11-quinquies, cod. pen. - Presencia del menor - Noción - Percepción auditiva o visual del hecho - Suficiencia - Edad y madurez del menor - Irrelevancia - Supuesto de hecho. A efectos de la configurabilidad de la agravante de conformidad con el art. 61, párrafo primero, n. 11-quinquies, cod. pen., la "presencia" prescrita del menor en la comisión del hecho postula la mera percepción visual o auditiva de lo sucedido por parte del mencionado, independientemente de su edad, del grado de maduración psico-física alcanzado o de la capacidad de registrar e interiorizar los eventos delictivos. (Supuesto de hecho relativo a delito de violencia sexual cometido en presencia de un menor de poco más de un año).
Esta decisión tiene implicaciones significativas para los procedimientos penales en los que está involucrado un menor. Las consecuencias jurídicas pueden incluir:
Además, la sentencia se alinea con los principios europeos de protección de los menores, que exigen a los países miembros adoptar medidas eficaces para tutelar a los niños de toda forma de violencia.
La sentencia n. 46236 de 2024 representa un paso importante en el reconocimiento de la vulnerabilidad de los menores y en el castigo de comportamientos violentos hacia ellos. Aclara que la presencia de un menor, incluso si no es capaz de comprender el contexto, es suficiente para configurar una agravante, subrayando la importancia de proteger a los más jóvenes en situaciones de abuso. La jurisprudencia italiana continúa evolucionando en respuesta a las necesidades sociales, y esta sentencia demuestra un compromiso creciente en la protección de los menores.