La reciente sentencia n. 41721 de la Corte de Casación, dictada el 4 de julio de 2024, ha suscitado un intenso debate en el ámbito jurídico, en particular en lo que respecta a la responsabilidad penal del representante legal de una sociedad en caso de infracciones fiscales. La Corte anuló la sentencia del Tribunal de Apelación de Nápoles, estableciendo que el delito de sustracción fraudulenta al pago de impuestos estaba extinguido por prescripción.
El caso se refería a A.A. y B.B., acusados de haber llevado a cabo conductas destinadas a sustraerse al pago de impuestos por más de 200.000 euros. El Tribunal de Apelación había confirmado inicialmente su condena, pero la Casación reevaluó la cuestión, prestando especial atención a la responsabilidad personal de A.A.
La Corte de Casación aclaró que la protección del interés del erario no puede justificar la responsabilidad penal del representante legal si no hay prueba de dolo específico.
El D.Lgs. n. 74 de 2000, que regula las infracciones tributarias, ofrece un marco normativo claro sobre las conductas que deben considerarse ilícitas. Sin embargo, la Corte subrayó que para configurar el delito de sustracción fraudulenta es necesaria una conducta idónea para perjudicar la recaudación del crédito del erario. La mera existencia de deudas tributarias no es suficiente para justificar una condena penal si no se demuestra que el sujeto actuó con dolo.
La jurisprudencia en materia de responsabilidad fiscal ha destacado que, para la aplicación de las sanciones, es fundamental analizar el contexto en el que se desarrollaron los hechos. La decisión de la Casación se alinea con precedentes jurisprudenciales que han excluido la responsabilidad penal en ausencia de un nexo causal directo entre las conductas del imputado y el daño al erario.
La sentencia de la Casación n. 41721/2024 pone de relieve la importancia de una evaluación precisa de las conductas que pueden configurar delitos tributarios. La distinción entre patrimonio personal y patrimonio societario es esencial para determinar la responsabilidad penal del representante legal. En un contexto donde las sanciones fiscales son cada vez más severas, esta sentencia representa un importante punto de referencia para la defensa en caso de litigios tributarios. Es fundamental que los profesionales del derecho estén siempre actualizados sobre las evoluciones jurisprudenciales para proteger adecuadamente los derechos de sus representados.