En el mundo del derecho penal, una de las cuestiones más debatidas y complejas se refiere a la naturaleza de la responsabilidad penal: ¿se responde ante el juez por las acciones cometidas o por la propia esencia? Este dilema no es solo filosófico, sino que tiene implicaciones concretas en el sistema judicial italiano.
En Italia, la responsabilidad penal está estrechamente relacionada con las acciones realizadas por el individuo. Según el principio fundamental de la personalidad de la pena, consagrado en el artículo 27 de la Constitución, nadie puede ser castigado por un hecho que no ha cometido. Por lo tanto, la responsabilidad penal se basa principalmente en acciones concretas y no en características personales, salvo en los casos en que estas influyan en la capacidad de entender y querer en el momento del hecho.
El juez tiene la tarea de evaluar las pruebas y determinar si el acusado ha cometido el acto ilícito con dolo o culpa. Es esencial distinguir entre quién eres y qué has hecho: el juez se centra en la acción y en las circunstancias que la han acompañado. Esto no significa que las características personales sean completamente irrelevantes; en algunos casos, como en los delitos de discriminación, la identidad del autor puede ser relevante para determinar el móvil.
"Ante el juez, es la acción la que habla, no la esencia del individuo."
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