Enfrentar las consecuencias de un siniestro ya es una experiencia compleja y estresante. Cuando, además del daño sufrido, se añade un retraso injustificado por parte de la compañía aseguradora en liquidar la indemnización debida, la situación puede volverse insostenible. Este comportamiento, conocido como mala gestio, no solo viola los deberes contractuales del asegurador, sino que puede causar perjuicios económicos y personales adicionales y significativos. Comprender sus derechos es el primer paso para reaccionar ante una inacción que no se está obligado a soportar. Como abogado experto en indemnización por daños en Milán, el Dr. Marco Bianucci asiste a sus clientes para hacer valer sus razones contra las compañías aseguradoras que no cumplen con sus obligaciones legales y contractuales.
La relación entre asegurado y compañía aseguradora se basa en un principio fundamental de nuestro ordenamiento jurídico: el deber de buena fe. Esto significa que la aseguradora no solo debe pagar la indemnización, sino que debe hacerlo con corrección, diligencia y puntualidad. Cuando la compañía adopta comportamientos dilatorios, obstruccionistas o culposamente lentos en la gestión y liquidación de un siniestro, se configura la llamada 'mala gestio impropia'. La ley italiana, en particular a través del Código de Seguros Privados, establece plazos precisos dentro de los cuales las compañías deben formular una oferta de indemnización o comunicar los motivos del rechazo. Superar estos plazos sin una justificación válida expone al asegurador a responsabilidades precisas.
La responsabilidad por mala gestio no se limita a una simple reclamación de pago. La jurisprudencia consolidada reconoce el derecho del asegurado a obtener la indemnización por los daños adicionales. Se trata de todos aquellos perjuicios, patrimoniales y no patrimoniales, que son consecuencia directa del retraso. Podría tratarse de la imposibilidad de reparar un vehículo necesario para la actividad laboral, la necesidad de recurrir a préstamos para hacer frente a gastos médicos, o el daño moral sufrido a causa del prolongado estado de incertidumbre y estrés. Demostrar el nexo causal entre el retraso y estos daños es fundamental para obtener una indemnización completa.
El enfoque del Dr. Marco Bianucci, abogado experto en indemnización por daños en Milán, se centra en una acción estratégica y resolutiva para desbloquear el expediente y garantizar al cliente la máxima indemnización posible. El primer paso consiste en un análisis exhaustivo de la póliza de seguro, la documentación relativa al siniestro y toda la correspondencia intercambiada con la compañía. Posteriormente, se procede al envío de un acto formal de constitución en mora, un paso legal fundamental para interrumpir la prescripción y calcular los intereses de mora. Esta intervención a menudo resulta suficiente para inducir a la aseguradora a reconsiderar su posición. Si la inacción persiste, el despacho define la mejor estrategia procesal, cuantificando de manera precisa no solo la indemnización original sino también todos los daños adicionales sufridos por el cliente, para iniciar una acción legal dirigida a su completo reconocimiento.
Los plazos varían según el tipo de siniestro. Para los daños a cosas en el ámbito de la responsabilidad civil del automóvil (RCA), el plazo es de 60 días, que se reducen a 30 en caso de declaración amistosa de accidente (formulario CAI). Para los daños a la persona, el plazo es de 90 días. Estos plazos se computan a partir de la fecha en que la aseguradora ha recibido toda la documentación necesaria para evaluar el daño. Una eventual solicitud de integración documental suspende los plazos, pero debe ser tempestiva y justificada.
Son todos aquellos perjuicios económicos y no económicos que no habrían existido si la aseguradora hubiera pagado puntualmente. Incluyen, por ejemplo, los costes del alquiler de un vehículo de sustitución, los intereses pasivos de un préstamo contraído para hacer frente a los gastos, el daño por inactividad técnica para una actividad profesional, hasta el daño moral o existencial por la prolongación de una situación de malestar y dificultad.
La constitución en mora es un acto formal, generalmente una carta certificada o un correo electrónico certificado (PEC) enviado por un abogado, con el que se intima a la compañía aseguradora a cumplir con su obligación de pago dentro de un plazo definido. Este acto produce importantes efectos jurídicos: interrumpe los plazos de prescripción del derecho y hace correr los intereses de mora sobre la suma adeudada.
No necesariamente. Muy a menudo, la intervención de un abogado con un acto de requerimiento bien motivado y documentado es suficiente para desbloquear la situación. La perspectiva de tener que afrontar un juicio, con el riesgo de ser condenada al pago de daños adicionales, intereses y costas legales, induce frecuentemente a la compañía a resolver el expediente de forma extrajudicial. La acción legal sigue siendo, sin embargo, el instrumento final para tutelar los propios derechos si la vía amistosa no produce resultados.
Si su compañía aseguradora está retrasando injustificadamente la liquidación de un siniestro, agravando su situación, no debe sufrir pasivamente esta conducta. Podría tener derecho no solo a la indemnización pactada, sino también a una compensación por los daños causados por el retraso. Póngase en contacto con el Despacho de Abogados Bianucci en Via Alberto da Giussano, 26 en Milán para una evaluación clara y profesional de su situación. El Dr. Marco Bianucci, con consolidada experiencia en el campo de la indemnización por daños, analizará la documentación para definir la estrategia más eficaz para la tutela de sus derechos.