Confiar a un ser querido al cuidado de una residencia de ancianos o de un Centro de Atención Sanitaria (CAS) es una decisión compleja, basada en la confianza de que la estructura garantizará bienestar, seguridad y dignidad. Lamentablemente, estas expectativas no siempre se cumplen. Comprender que se está ante un caso de maltrato o de grave omisión de cuidados puede ser devastador. Como abogado experto en indemnizaciones por daños en Milán, el Abog. Marco Bianucci comprende profundamente la delicadeza de estas situaciones y la urgencia de proteger a las personas más vulnerables.
Las señales de alarma no se limitan a abusos físicos evidentes. A menudo, el daño deriva de una serie de omisiones y negligencias sistemáticas. Es fundamental prestar atención a indicadores como la aparición de úlceras por presión, una higiene personal deficiente, malnutrición o deshidratación, caídas frecuentes e inexplicables, un empeoramiento repentino de las condiciones de salud no justificado por la patología preexistente o una actitud de miedo y retraimiento del familiar. Estos elementos pueden configurar un grave incumplimiento por parte de la estructura y fundamentar una solicitud de indemnización.
Desde el punto de vista jurídico, en el momento en que un residente es admitido en una residencia de ancianos o CAS, se establece un verdadero contrato de asistencia. Este acuerdo impone a la estructura no solo la obligación de proporcionar manutención y alojamiento, sino sobre todo un deber de protección y cuidado de la salud y la integridad física y psíquica de la persona. La jurisprudencia italiana está consolidada en reconocer que la responsabilidad de la estructura sanitaria por los daños sufridos por el paciente tiene naturaleza contractual.
Esto significa que, en caso de daño, no corresponde a la familia demostrar la culpa de la estructura, sino que es esta última la que debe probar que ha cumplido correctamente con todas sus obligaciones de cuidado y vigilancia. Si la residencia de ancianos no es capaz de proporcionar dicha prueba, está obligada a indemnizar todos los daños, patrimoniales y no patrimoniales (como el daño biológico y moral), que son consecuencia directa de su conducta negligente. La ley protege el derecho a la salud y a la dignidad, incluso y sobre todo en la tercera edad.
El enfoque del Abog. Marco Bianucci, abogado experto en indemnizaciones por daños en Milán, se basa en un análisis riguroso y una acción estratégica dirigida a proteger la dignidad y los derechos de su familiar. Cada caso se gestiona con la máxima empatía y determinación, siguiendo un camino claro y estructurado. El primer paso consiste en una meticulosa recopilación de todas las pruebas necesarias, incluida la adquisición de la historia clínica completa y de toda la documentación sanitaria pertinente.
Posteriormente, el despacho se vale de la colaboración de médicos forenses y especialistas de confianza para evaluar de forma objetiva el daño sufrido por el paciente y determinar la relación de causalidad entre la conducta omisiva de la estructura y el empeoramiento de las condiciones de salud. Esta fase es crucial para cuantificar correctamente la indemnización debida. El objetivo es siempre alcanzar una solución equitativa, preferiblemente a través de un acuerdo extrajudicial con la compañía de seguros de la estructura, pero preparados para iniciar una acción legal si fuera necesario para obtener justicia.
Las pruebas fundamentales incluyen la documentación médica completa (historia clínica, diario de enfermería), fotografías que acrediten la presencia de lesiones como úlceras por presión, testimonios de otros familiares o visitantes y, sobre todo, un peritaje médico-legal de parte que analice el caso e identifique las responsabilidades específicas de la estructura sanitaria.
En la gran mayoría de los casos, sí. Las úlceras por presión se consideran un evento centinela, es decir, un indicador de una posible asistencia inadecuada. Su aparición, especialmente en pacientes encamados, es casi siempre prevenible con una correcta y constante movilización. Por lo tanto, su presencia constituye un fuerte elemento de apoyo a una solicitud de indemnización por omisión de cuidados.
La responsabilidad de la estructura sanitaria es de naturaleza contractual. En consecuencia, el derecho a la indemnización por daños prescribe en el plazo de diez años a partir del día en que se produjo el daño o desde que el paciente (o sus familiares) tuvo conocimiento del mismo. No obstante, se recomienda actuar con prontitud para no perder elementos probatorios importantes.
Si sospecha que un familiar suyo ha sido víctima de negligencia, maltrato u omisiones de cuidados dentro de una residencia de ancianos o CAS, tiene derecho a pedir justicia. Abordar estas situaciones requiere competencia legal y sensibilidad. Para una evaluación exhaustiva y confidencial de su caso, puede dirigirse al Despacho de Abogados Bianucci en Via Alberto da Giussano, 26 en Milán. Contactar a un abogado con experiencia consolidada en materia de indemnizaciones por daños es el primer paso para proteger la salud y la dignidad de sus seres queridos.