Afrontar un proceso legal por violencia doméstica es uno de los desafíos más arduos que una persona puede emprender. A menudo, la atención se centra exclusivamente en el aspecto punitivo contra el culpable, descuidando un aspecto fundamental para la reconstrucción de la vida de la víctima: la reparación económica. Quien sufre maltratos en el ámbito familiar, lesiones o abusos psicológicos tiene el derecho sancionado por la ley no solo de ver condenado al responsable, sino también de obtener una indemnización adecuada por los daños sufridos. Como abogado penalista en Milán, el Abog. Marco Bianucci comprende profundamente que la justicia solo está completa cuando a la pena de prisión se suma un apoyo económico concreto para quien ha sufrido el delito.
El ordenamiento jurídico italiano prevé instrumentos específicos para tutelar a la víctima de delitos intrafamiliares también en el plano patrimonial. La vía principal está representada por la constitución de parte civil en el proceso penal. A través de este instituto, la víctima entra en el proceso no solo como testigo, sino como sujeto que solicita formalmente la indemnización por los daños morales y materiales derivados del delito. El reciente endurecimiento de las normas, conocido como Código Rojo, ha acelerado los procedimientos de tutela, pero sigue siendo fundamental documentar de manera rigurosa el nexo entre la conducta violenta y el daño sufrido. Es posible solicitar la indemnización por daño biológico, entendido como lesión a la integridad psicofísica comprobable por un médico forense, y por daño moral, es decir, el sufrimiento interior causado por el abuso.
Para obtener una indemnización congrua, no basta la condena del imputado. Es necesario probar la entidad del perjuicio sufrido. Informes médicos de urgencias, itinerarios de apoyo psicológico documentados y peritajes se convierten en elementos probatorios esenciales. La jurisprudencia reconoce ya pacíficamente también el daño existencial, es decir, la alteración de los hábitos de vida y de las relaciones sociales causada por el trauma vivido dentro del hogar.
El Abog. Marco Bianucci, abogado experto en derecho penal y tutela de las víctimas en Milán, aborda los casos de violencia doméstica con una estrategia doble. Por un lado, se trabaja para asegurar que la narración de los hechos en sede procesal sea precisa y respaldada por pruebas sólidas para llegar a la condena del responsable. Por otro lado, se construye paralelamente el expediente para la cuantificación del daño. El objetivo del despacho es evitar que la víctima, tras haber afrontado el dolor del proceso, se encuentre con una sentencia que reconoce la culpabilidad pero no ofrece herramientas concretas para empezar de nuevo. La asistencia legal se caracteriza por una profunda sensibilidad humana, necesaria para acoger el vivencial del cliente, unida a una determinación técnica orientada a maximizar el resultado indemnizatorio.
Sí, el vínculo matrimonial no impide actuar para la indemnización de los daños causados por delitos cometidos por el cónyuge. La violencia doméstica y los maltratos familiares lesionan derechos fundamentales de la persona que prevalecen sobre los deberes de solidaridad conyugal. Es posible constituirse parte civil en el proceso penal o iniciar una causa civil autónoma incluso durante el matrimonio o la separación.
Esta es una preocupación común y fundada. Si el condenado resulta insolvente, obtener el pago directo puede ser difícil. Sin embargo, el Estado italiano prevé el acceso a un Fondo de Rotación para la solidaridad a las víctimas de delitos intencionales violentos. El Abog. Marco Bianucci puede asistirle en la activación de los procedimientos para acceder a este fondo, que garantiza una indemnización estatal cuando es imposible obtenerla del culpable.
Además de los gastos médicos incurridos (daño patrimonial), las partidas de daño más relevantes son el daño biológico (lesiones físicas permanentes o temporales y trastornos psicológicos como el trastorno de estrés postraumático) y el daño moral (el sufrimiento interior subjetivo). En muchos casos también se reconoce el daño existencial, ligado al desbaratamiento de la vida cotidiana de la víctima y de los hijos que presenciaron las violencias.
Si se constituye parte civil, la liquidación del daño se realiza habitualmente con la sentencia penal. Sin embargo, el juez penal puede decidir asignar inmediatamente una provisión, es decir, un anticipo inmediatamente ejecutable sobre la indemnización total, remitiendo luego al juez civil la cuantificación exacta de la suma restante. Esto permite a la víctima tener una disponibilidad económica inmediata para afrontar las primeras necesidades.
Si es víctima de violencia doméstica, no está sola en su batalla por la justicia. Es fundamental actuar con prontitud para tutelar su integridad y su futuro económico. Contacte al Abog. Marco Bianucci en el despacho de Milán en Via Alberto da Giussano, 26, para una consulta reservada y profesional. Juntos evaluaremos el mejor camino para obtener la protección y la indemnización que le corresponden.