La difusión no autorizada de contenidos manipulados mediante inteligencia artificial, conocidos como deepfakes, representa uno de los desafíos más insidiosos para la reputación personal y profesional en la era digital. Verse protagonista, sin saberlo, de vídeos que atribuyen acciones nunca cometidas o frases nunca pronunciadas genera una profunda sensación de impotencia y violación. Como abogado experto en derecho penal en Milán, el Abog. Marco Bianucci comprende la gravedad psicológica y social de estas agresiones digitales. No se trata solo de 'bromas' de mal gusto, sino de conductas ilícitas reales que requieren una intervención legal rápida y decidida para limitar los daños y restablecer la verdad.
El ordenamiento jurídico italiano ofrece diversas herramientas para contrarrestar el fenómeno de los deepfakes, aunque la tecnología a menudo corre más rápido que la ley. La creación y difusión de vídeos manipulados pueden integrar diversas figuras delictivas. En primer lugar, si el contenido del vídeo ofende el honor y el decoro de la persona, se configura el delito de difamación agravada, al ser cometido a través de un medio de publicidad potente como la web. Además, si el deepfake utiliza la imagen de la víctima para inducir a otros a error o para causar un daño, puede existir el delito de usurpación de identidad (art. 494 c.p.).
También es especialmente relevante la protección ofrecida por el Código de Privacidad y, en los casos más graves en los que los contenidos tengan naturaleza sexualmente explícita, se enmarca en el ámbito de la llamada 'Revenge Porn' o difusión ilícita de imágenes o vídeos sexualmente explícitos (art. 612-ter c.p.), norma que castiga severamente a quien envía, entrega, cede, publica o difunde imágenes o vídeos de contenido sexualmente explícito, destinados a permanecer privados, sin el consentimiento de las personas representadas. Es fundamental comprender que incluso la simple compartición de tales contenidos puede acarrear responsabilidades penales significativas.
Afrontar una crisis reputacional causada por un deepfake requiere una estrategia que combine competencias jurídicas y técnicas. El enfoque del Abog. Marco Bianucci, abogado experto en derecho penal y protección de la imagen en Milán, se distingue por la rapidez de acción y la concreción. El primer paso fundamental no es la simple denuncia, sino la adquisición forense de la prueba. Muchos usuarios cometen el error de hacer simples capturas de pantalla, que no tienen valor probatorio en los tribunales; el despacho se vale de consultores técnicos para cristalizar el contenido en línea garantizando su autenticidad y fecha cierta antes de que sea eliminado o modificado.
Posteriormente, la estrategia se mueve en dos vías paralelas. Por un lado, se procede con requerimientos formales a los gestores de las plataformas y recursos de urgencia al Garante para la protección de datos personales para obtener la eliminación inmediata de los contenidos ofensivos y la desindexación de los motores de búsqueda. Por otro lado, se inician los procedimientos penales a través de la redacción de denuncias detalladas ante las autoridades competentes, destinadas a la identificación de los autores materiales de la manipulación. El objetivo final no es solo el castigo del culpable, sino también la obtención de una adecuada indemnización por los daños morales, biológicos y a la imagen sufridos por la víctima.
La creación de un deepfake no es automáticamente un delito si permanece en la esfera privada o tiene evidentes fines satíricos declarados, pero se vuelve penalmente perseguible en el momento en que se difunde sin consentimiento y lesiona la reputación, el honor o la privacidad de la persona retratada, o se utiliza para cometer fraudes o extorsiones.
La primera regla es no entrar en pánico y no borrar nada. Es esencial no contactar al autor del vídeo para evitar que destruya las pruebas. Contacte inmediatamente a un abogado experto para proceder a la adquisición forense de las páginas web o de los archivos, que servirá como prueba principal en el futuro procedimiento penal y civil.
Absolutamente sí. La víctima tiene derecho a una indemnización por los daños patrimoniales (si la imagen se ha utilizado con fines comerciales o ha causado pérdida de trabajo) y, sobre todo, por los daños no patrimoniales, es decir, el sufrimiento moral y el daño a la vida social causados por la lesión de su reputación.
Los tiempos varían según la plataforma y el procedimiento activado. Las denuncias ordinarias pueden requerir días o semanas, mientras que los procedimientos de urgencia activados a través de un abogado, como el recurso al Garante de la Privacidad o medidas cautelares en los tribunales, tienen como objetivo obtener el oscurecimiento del contenido en tiempos mucho más breves, a veces incluso en 24-48 horas.
Si tu reputación está bajo ataque debido a deepfakes, montajes de vídeo o contenidos difamatorios en línea, el tiempo es un factor crucial. No dejes que una falsedad defina tu realidad. Contacta al Abog. Marco Bianucci para una evaluación inmediata y confidencial de tu caso. El Despacho de Abogados Bianucci, ubicado en Milán en Via Alberto da Giussano 26, está listo para poner en marcha las mejores estrategias legales para defender tu dignidad y obtener justicia.